Una leyenda urbana dice que existen Iglesias donde los párrocos ponen bloqueadores de señal de celular para evitar que suenen los teléfonos durante la misa.
También se dice que, en en el auditorio de una universidad cuyo nombre no voy a decir (pero sus pasantes de derecho rotan constantemente de despachos), hay un bloqueador de señal de celular.
Y, por si son ciertos estos rumores o no, les cuento: a partir del 25 de enero de este año, es delito usar ese aparatito que en Amazon se puede conseguir por casi dos mil pesos.
Acaba de publicarse en el Diario Oficial de la Federación la adición del Artículo 190 bis de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que prohíbe la fabricación, comercialización, adquisición, así como la instalación, portación, uso y operación de equipos que bloqueen, cancelen o anulen las señales de telefonía celular, de radiocomunicación o de transmisión de datos o imagen.
Igualmente se adicionó el Artículo 168 ter al Código Penal Federal para efecto de establecer que se sancionará con pena de doce a quince años de prisión a quien haga algo de lo señalado como prohibido en el párrafo anterior.
Lo anterior no aplica en los centros de reinserción social, establecimientos penitenciarios o centro de internamiento para menores. En ellos, se podrán “seguir usando” aparatos para bloquear señal (guiño, guiño).
Confieso que esa reforma me llamó la atención de manera particular. De la noche a la mañana, es delito el uso de ese aparatito bloqueador que puede parecer inocuo. Pero si le das media vuelta al tema, te das cuenta que no están inocente eso de andar bloqueando la señal…
¿Cuál fue uno de los gremios que más agradeció esta reforma? El sector del autotransporte.
Según la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), los inhibidores de señal son usados en más del 80% de los robos que sufren los transportistas de carga en el país.
Acorde al segundo transitorio de la reforma, los particulares que posean estos aparatos o equipos, deberán entregarlos a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, destruirlos o excluirlos del país, a más tardar el 25 de febrero de este año 2020.
Moraleja 1: Nos queda claro que el uso de telecomunicaciones ya es una cuestión de seguridad.
Moraleja 2: Ya tienes una nueva justificación para cuando estés con alguien que te pida “apagar el celular”.
¿Qué dijiste campeón? ¿Que si esto va a impedir el robo de autotransporte? Bueno… si tomamos en cuenta que desde hace tiempo es delito robar camiones de autotransporte, bloquear carreteras…
Y que el problema en este país no es la falta de normas, sino la falta de aplicación de las mismas…
Pues, llegamos a la conclusión de que las personas a quienes pudiera afectar esta reforma es a la gente de a pie que puede llegar a considerar buena idea tener uno de estos aparatos para evitar el “uso impertinente” del celular (como esa universidad cuyo nombre no voy a decir, pero sus pasantes de derecho rotan constantemente de despachos).
Una lección más a tomar en cuenta, para sobrevivir en esta jungla llamada México.