Piensos del Autor

¿El Juez tiene su propio sentido de justicia?

Es muy taquillera la idea de que “el juez debe resolver conforme a su sentido”; “conforme a su sentido de Justicia”. Inclusive hubo un colega (que ostenta el grado de Doctor) que dijo: “dictar sentencias y encontrar lo justo en cada caso es como manejar, llega un punto en que no sabes cómo lo haces, pero intuitivamente lo haces”. 

Estas ideas me parecen de escándalo y, me parece, no le convienen a la sociedad. Y me hacen recordar una escena de hace años, cuando empezaba a chicharear en la profesión (acción y efecto de ser “chícharo” de un abogado). 

Fui a hacer un alegato de oreja con una secretaria proyectista. Y ella me dijo: Sí te entiendo, pero voy a esperar a ver qué me dice mi Magistrado. Ya sea que me diga “A” o me diga “B”. Y creeme, voy a hacer el proyecto igual de convencida si es “A” o si es “B”. 

¿Así tiene que ser? ¿Tenemos que vivir en la incertidumbre de “qué le dirá la corazonada” a quien va a resolver? ¿Debemos estar a expensas de cómo será el sentido de Justicia del Juez? No. No debe ser así. 

Y con esto no pretendo se crea me estoy decantando por la postura de que “el Juez solamente haga lo que diga la pura y fría norma”. O que “el Juez no tenga margen de maniobra para inaplicar una norma si viola un Derecho Humano (tal como lo permite el Principio de Convencionalidad)”. 

Claro que el Juez debe de tener margen para interpretar la norma. Claro que que el Juez no se debe de restringir a solo una “interpretación literal de la norma”. Claro que el Juez puede hacer a un ladito la norma, o atemperar su aplicación si esta contraviene algún principio o derecho humano, pero: siempre y cuando lo haga al tenor de una argumentación que resulte previsible y aplicable a casos análogos (¡pum! Este es el freno de mano). Y esta previsibilidad puede ser producto de precedentes (ya sea del propio Juez o de otros), o de la razonabilidad de la solución.

Con lo anterior no quiero parecer totalitario, y se piense pretendo sostener hay una única respuesta para todo que sólo tienen algunos iluminados. No es así. 

Ronald Dworkin, uno de los más reconocidos filósofos del derecho, reconoce que aun entre las personas igualmente razonables, puede haber disparidad de respuestas. Pero esto no exime a cada persona razonable de justificar que su respuesta es la correcta (conforme a justicia y derecho), porque va acorde al orden jurídico (que comprende entre otras cosas leyes y principios), y es aplicable a casos análogos. A la luz de un modelo constructivo (y no natural), diría el autor antes citado.

El hecho de que aun entre personas razonables haya divergencia de opinión, no permite a cada una de esas personas razonables decir: “Pues como todos opinamos diferente, este es mi criterio y bai”. A lo mejor lo puede hacer un padre de familia al resolver una disputa entre sus hijos (que no es aconsejable, pero total, es su núcleo familiar); pero evidentemente no lo puede hacer un Juez dentro de un sistema que aspire ser democrático y justo. 

¿Por qué un Juez no puede resolver una disputa de la misma manera que un padre de familia (con la máxima de autoridad “¡porque lo digo yo y se callan!”)?. Porque las sociedades de personas deben ser justas (creo todos estaremos de acuerdo en esto), y una de las cosas que razonablemente aspiran los miembros de una sociedad justa es que, en caso de conflicto, la disputa sea resuelta conforme a criterios previsibles y racionalmente fundamentados. 

Para que así los miembros de esa sociedad puedan tener certeza y tranquilidad. Certeza de que “si pasa A, entonces B”. Certeza de que “si les hacen C, entonces D”. Esa certeza y tranquilidad que permite a cada miembro de la sociedad hacer planes, disfrutar, tener relaciones personales y comerciales. En fin, no estar solo a expensas “de lo que considere Justo quien vaya a resolver la disputa que haya (como si fuera un Jeque o un dictador de cuya voluntad dependan”). 

Inclusive Robert Alexy, filósofo del derecho que sostiene la norma extremadamente injusta no es derecho, reconoce las ventajas morales de que exista un sistema jurídico, aun cuando este sistema tenga algunas normas injustas (sólo injustas, no extremadamente injustas). Porque permitir que cada Juez haga lo que considere justo, o juzgue conforme a su sentir, nos llevaría al caos. Y es mejor tener un sistema jurídico que dé certeza (aunque tenga algunos prietitos en el arroz), a que no haya un sistema (previsible y aplicable a casos análogos) y cada quien juzgue conforme a su sentir. 
¿Qué dijiste campeón? ¿Si las conciencias políticamente correctas me van a censurar mi artículo por la expresión prietito en el arroz? Esta publicación no es una sentencia. Así que es mi espacio, mis ideas, y yo hago lo que quiera con mis cosas.

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