Parto de una premisa: estamos perdiendo al país. En este artículo doy 2 ideas de cómo podemos contribuir a rescatarlo.
¿Por qué lo afirmo? Menciono 2 circunstancias que no requieren mucha demostración:
- La gran inseguridad que se vive en el País.
- Se está perdiendo el sistema de pesos y contrapesos. El poder está concentrado.
Ojo: digo que el país “se está perdiendo”, no que “está perdido”. Desde luego que no estamos en el supuesto de Siria o Bangladesh, que vienen saliendo de una guerra civil. De Georgia, donde está habiendo manifestaciones en las calles y el gobierno las reprime con detenciones y tortura. De Rusia, con un presidente sempiterno que encarceló a su principal opositor en el Ártico, y ahí este murió “de manera natural”. O de Haití, país sumido en el caos por el crimen organizado, y desde el 2021 que asesinaron a su presidente, no ha tenido uno nuevo. O los ejemplos cliché: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Las 2 ideas para contribuir a “rescatar el país”.
- Que los problemas del país sean materia de conversación.
- Cuando sea necesario o nos toque (en las calles o en las urnas), manifestarnos.
1 Que los problemas del país sean materia de conversación.
Democracia es conversación, intercambio de ideas. Si en un país no hay libre flujo de ideas no hay democracia. Esta idea es puntualmente sostenida por Yuval Noah Harari en su último libro: Nexus.
Yuval señala que si fue posible desarrollar la democracia en un país tan extenso como Estados Unidos, fue porque en el siglo XIX se estaban desarrollando medios de transporte y de comunicación que permitían llevar ideas de un lugar a otro.
Y la otra cara de la moneda: si Stalin logró establecer una autocracia en la Rusia del siglo XX, fue por su gran control de los medios de comunicación, y su logro para impedir que hubiera diálogo (inclusive entre familias) gracias a su censura, espionaje y policía secreta.
Invito a que conversemos sobre los problemas del país, sobre todo con personas que piensen diferente a nosotros, y apoyemos a los canales que difunden y dan insumos a estas conversaciones. Suscribirse a un periódico en el que se confíe es una gran idea.
Quienes dicen “yo no veo noticias porque nada más me preocupo”, no están viendo los problemas, no sienten ni comparten la necesidad de actuar, y están facilitando que el poder hegemónico siga quitándonos al país.
2 Cuando sea necesario o nos toque, manifestarnos.
Evidentemente no basta conversar respecto a los problemas, debemos de actuar. Veo dos formas de actuar: en las urnas, y con manifestaciones sociales.
Urnas: Es el medio idóneo para cambiar a quienes ejercer el poder político. Mismo que ha funcionado de manera razonablemente bien en México desde 1997.
El partido en el poder ya ha hecho cambios institucionales que pudieran complicar la eficacia de las urnas. Pero yo confío en que sí todos las usamos y revelamos nuestra confianza en estas, seguirán siendo un mecanismo efectivo para hacer transiciones de poder.
Los 70 años del “priato” revelaron que el abstencionismo solo benefició al régimen hegemónico. Este se empezó tambalear hasta 1988 en que hubo voto relevante a favor de Cuauhtémoc Cárdenas.
El siguiente “round de urnas” será en la elección judicial de junio. Yo siempre me manifesté en contra de esa reforma judicial, pero ya es una realidad y hay que participar. El abstencionismo solo ha beneficiado al poder hegemónico, por eso debemos salir a votar por las personas juzgadoras idóneas (o las menos malas).
¿Qué personas cumplirán con ese perfil? Ya estaremos sumando a la conversación que alimente a esta nueva “democracia judicial”.
Manifestaciones sociales: Hay opiniones encontradas, pero yo sostengo que sí tienen efecto.
Por ejemplo, la movilización ciudadana de febrero de 2023 sirvió para que el PRI no apoyara la reforma constitucional que pretendía desaparecer el INE, y para que la Suprema Corte declarara inconstitucionales diversas reformas legales aprobadas en ese entonces, que buscaban concentrar el poder.
En Corea del Sur, recientemente sirvieron las manifestaciones para que el ahora ex Presidente diera revés a una ley marcial, y fuera destituido.
Desde luego que a las manifestaciones hay que verlas en su justa dimensión: no salir todos los domingos, ni esperar que hagan magia.
El siguiente escenario en que se justificaría una manifestación, es si vemos burdas irregularidades en la elección judicial.
Así pienso podemos contribuir a rescatar al país. Si alguien tiene una diversa o mejor idea, agradecería la comparta…
Nos gusta pensar que “si los Mexicanos hemos superado tantas adversidades, superaremos esta”. Hay que hacer una acotación: “algunos mexicanos han superado las adversidades”, pero otros no… Por eso invito a que actuemos de manera colectiva para rescatar al País, y haya menos adversidades que puedan llegar a padecer hermanos mexicanos, o nosotros…