Apto para público en general

Gracias al Creador por el Alegato de Oreja

Hace unos días recorría los pasillos de Pino Suárez número 2, la Suprema Corte de Justicia, mientras pasaba por mi mente esa célebre melodía del cancionero latinoamericano: “Los Caminos de la Vida”. Pero con algunas adecuaciones derivado de mi sentir, al andar en los pasillos del Máximo Tribunal del País: “Los pasillos de la Corte, no son como yo pensaba.. como los imaginaba…”. ¿Por qué? Como decía Silvia Pinal al inicio de su icónico programa: “acompáñenme a ver esta triste historia”.

Caminaba por los pasillos de la Suprema Corte saliendo de hacer un alegato de oreja. Es decir, externar de viva voz al juzgador (o a su auxiliar) por qué consideras que tienes la razón en el caso. Y lo estaba haciendo con particular enjundia por dos motivos:

  • porque iba en el segundo round. En el primer round la propia Corte ya me había noqueado, sin darme muchas explicaciones al respecto;
  • por regla general en el primer round la Suprema Corte no te dice quién tiene el caso. Por lo que es hasta el segundo round, cuando se pudiera hacer un alegato de oreja…

El alegato de oreja antes referido, había sido empezado de la siguiente forma: “Si quiere no me dé la razón en este segundo round; pero sí díganme claramente, por qué me están dejando en la lona”; y después expuse mi punto jurídico. Así estuve peregrinando por las oficinas de cuento Ministro o Secretario me quiso/pudo recibir (de los que iban a resolver mi caso, claro, no iba nada más para cotorrear…).

No sé si esa obertura en el alegato de oreja hacía que me pusieran más o menos atención cuando llegaba a mi desarrollo jurídico. Pero de menos, sí lograba generar una sonrisa en mi escuchante.

Hace días un compañero de mi trabajo con corbata, me compartía de un determinado caso donde el Tribunal Terminal nos había concedido el Amparo. Y yo pegué diversos alaridos de júbilo. – ¿Por qué te sorprende tanto que hayamos ganado? Si le tenía fe al asunto- Me dijo mi joven compañero de trabajo con corbata. – Campeón- le conteste.- En esta profesión te das cuenta que para obtener una resolución favorable, no basta tenerle fe al tema-.

Hay muchos que cuestionan si el alegato de oreja es correcto o no… porque es una entrevista privada entre una de las partes y el juzgador, porque es dar oportunidad a las partes de externar cosas que no están en sus escritos (con independencia de que sean o no tomadas en cuenta), porque pudiera ser inequitativo con la otra parte… Y derivado de ello, hay juzgadores que no permiten los abogados litigantes les hagan ese alegato de oreja, Y le dicen a los litigantes: “tomaré en cuenta todo lo que está en su escrito, bai”.

El descorbatado autor ha tenido la experiencia al hacer el alegato de oreja, en el que después de ser escuchado, me rebaten mi punto jurídico. Sin adelantar el fallo, sin mostrar una tendencia. Es una maravilla. Porque facilita llegar a ese vellocino de oro que debe de alcanzar todo órgano de impartición de justicia: la verdad.

Es evidente la responsabilidad social que tiene un juzgador. Es esa tercera persona a quien en un ejercicio de civilidad, los miembros de una sociedad le damos la facultad de que nos imparta justicia, para no golpearnos los unos a los otros. En aras de esa relevancia social de su cargo, ¿no valdrá la pena escuchar a quien ha llevado el caso de 0 a 100? Capaz que destaca una página que se pudiera releer, en medio de esos kilos de papel que desfilan a diario en los tribunales.

A los amigos de la judicatura que no permiten el alegato de oreja les pregunto: ¿nunca han sentido la necesidad de releer la página de un libro, y después de hacerlo se dicen: no me había dado cuenta de esto? ¿nunca han leído la sentencia de otro juzgador y dicen: no tomó en cuenta esto?

En la universidad te enseñan que para ganar un caso, no es suficiente tener la razón, hay que demostrar que se tiene. Esta jungla de asfalto llamada el foro te enseña que tampoco basta lo anterior: también hay que “saber hacer ver, que demostraste tienes la razón”.

¿De qué manera se debe demostrar que se tiene la razón? Uff… No de a gratis el Ministro Cossío dice que los abogados litigantes, somos “los hijos de la necesidad”. Si para ganar el caso (y en consecuencia el chivo) necesito exponer de manera clara mi planteamiento, colores me van a faltar para iluminar los cuadros de mi cartulina…

Compártenos tu opinión

Related Posts

2 Comentarios. Leave new

  • Luis Casarín
    17 julio, 2017 10:10 am

    A veces con corbata, otras sin ella también he realizado el mismo peregrinar en búsqueda de un oido sino empático por lo menos accesible.
    Complementando un poquito lo que comentas yo les digo a mis clientes que para ganar un asunto, idealmente se conjuntan tres cosas; de las cuales las dos primeras deberían importar pero no necesariamente importan y la tercera no debería importar y sin embargo es la única que importa:
    a) Tener la razón: Tener la razón siempre será una herramienta útil en el éxito de un juicio, no obstante, no es indispensable para obtenerlo. En lo personal he ganado juicios en los que el cliente simplemente no tenía la razón.
    b) Saberla demostrar: Este es nuestro trabajo como abogados, acudir a las instancias jurisdiccionales con nuestro pedazo de verdad y tratar de hacerlo patente para todos, sin embargo, tampoco resulta indispensable para el éxito; al respecto he perdido juicios brillantemente expuestos y litigados, con pruebas irrefutables y testigos intachables, pero sin lo contenido en el siguiente inciso.
    c) Que te la quieran dar: Aqui está el quid de todo asunto jurídico donde se pone en las manos de un tercero Juzgador la resolución de un conflicto, hay veces que simplemente no hay forma de convencerlo acerca de nuestro pedazo de verdad, y porque humanos somos, hay un sinfin de variables que pudieran afectar el ánimo del juzgador sin que nos demos cuenta y con ello se puede ir al traste el trabajo de meses o años.

    En fin, el alegato de oreja es una herramienta más para tratar de conseguir este tercer punto, de influir en el ánimo del que determinará justa o injustamente, la verdad legal de un proceso.

    Saludos

    Luis Casarín

    Responder
    • Ernesto López-Acosta
      21 julio, 2017 11:09 am

      Como bien refieres, para ser abogado postulante hay que saber manejar más de una pista, y al mismo tiempo…

      ¡Gracias por compartir la experiencia!

      Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo válida.