Piensos del Autor

Hablando de eutanasia con un sacerdote

La semana pasada hablé con un sacerdote católico respecto al tema objeto de mi investigación académica, que es la eutanasia. Su opinión me fue muy valiosa, porque es alguien que está muy cerca de los enfermos terminales.

Y mi plática con él, para efecto de esta etapa de arranque en mi investigación, fue muy productiva: me quedé con más dudas que respuestas.

“Hay veces que la vida deja de ser vida”, me dijo.

Inclusive me contó ese chascarrillo (o evangelio apócrifo, para este caso) en el que una persona que se suicidó, se para frente a las puertas del Cielo. Pedro le dice que por haberse quitado la vida, debe de irse al infierno. En eso llega Jesús y le dice: “Pedro, ¿pero que no te das cuenta que esa persona viene de un infierno?” Y le permite el paso al Edén.

En el caso del chascarrillo antes citado, está fácil. El Nazareno “por decreto” dijo que la vida de esa persona “ya era un infierno”. Lo que la situaba en el concepto que me dijo el sacerdote: ya era una vida que no era vida.

¿Pero cómo puede saber uno que la vida ya no es vida? ¿Cuál es el estándar?

Le he de haber dado mediana ternura al sacerdote (en el mejor de los casos). Porque hubo un momento en que pretendí hacer un axioma respecto de cuándo sería dable pedir y recibir la “dulce muerte”.

“Uno viene a este mundo para ser feliz”, empecé a decir.

“Ajá…” me dijo el sacerdote con curiosidad de qué iba a seguir.

“Entonces cuando ya no razonablemente posible ser feliz, ¿podríamos decir que estamos en un supuesto en que ‘la vida deja de ser vida’ y sería dable pedir / recibir por parte de un médico la ‘dulce muerte’?”

(Paréntesis: si no sabes por qué le digo “la dulce muerte” en cada artículo, no es por poeta, es por culpa de una nota de El País).

El sacerdote se rió. No supe cómo interpretar su risa. Pero lo que sí supe, es que no era una risa mediante la cual quisiera decir: “estás en lo correcto”. Y después me dijo: “No sé en qué va a acabar tu investigación”.

¿Qué es la vida? Es importante definirla, para posteriormente poder saber: ¿cuándo la vida deja de ser vida? O antes de eso: ¿La vida puede dejar de ser vida? ¿O mientras el homo sapiens respire está viviendo una vida? Para así saber si la eutanasia sería una “interrupción de la vida”, o poner fin a la respiración de un homo sapiens que “tiene una vida que ya no es vida”.

¿Cuándo la persona deja de ser persona? ¿Mientras respire es persona? ¿O hay un supuesto en que no obstante el homo sapiens siga respirando, ya no es persona?

¿Qué es lo primero que se debe de defender? ¿Al homo sapiens? ¿A la la persona? ¿A la vida? ¿O los tres conceptos engloban lo mismo?

Hay algo que cada vez me motiva más de esta investigación académica: cada vez le encuentro más aristas ajenos al derecho. Eso quiere decir que estará interesante su resultado.

Dicen que mucha gente estudia psicología para aclarar sus problemas. Este Abogado Sin Corbata buscará aclarar sus problemas con algo menos dañino a la sociedad: una investigación académica.  

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