¿Debemos optar por la justicia o por el derecho? Este “dilema” fue planteado y resuelto de manera poco afortunada por el coordinador de la bancada de MORENA en la Cámara de Diputados. 

Y digo “dilema” (entre comillas) porque esta cuestión ya fue resuelta por la filosofía del derecho desde el siglo pasado.

La madrugada el viernes 23 de abril, en el marco de la discusión de la llamada #LeyZaldivar, el legislador en mención afirmó que: 

…entre derecho y justicia, un transformador, un liberador, un revolucionario opta por la justicia. Claro, la supremacía entre derecho y justicia depende de un pensamiento político ideológico. El conservadurismo opta por el derecho, el liberador y somos parte de un movimiento liberador, opta por la justicia, por la felicidad y de (sic) por lo que es necesario. 


(Prensa Diputados Morena, 2021)

¿Derecho o justicia?

Si hay que elegir a priori (por adela), indudablemente debemos de elegir por la ley, por el estado de derecho. La ley es el arma que tiene la sociedad para defenderse de los excesos que puede generar el egoísmo de algunos miembros de la sociedad (Von Ihering, 1877) (pág. 72). El derecho tiene como objetivo evitar que las personas recurran a medios prohibidos, en los actos tendientes a satisfacer sus intereses o necesidades (pág. 65). 

¿Y si el derecho es injusto?

El siglo XX nos dejó muy en claro que el derecho puede ser extremadamente injusto. Con las leyes de segregación racial en Estados Unidos, que prohibía a los negros asistir a las mismas escuelas que a los blancos. O las leyes del régimen nazi, que confiscaban propiedades de los judíos, y consideraban alta traición con pena de muerte el simple hecho de escuchar una emisora de radio enemiga. 

Es dable desconocer una ley, “si la injusticia contenida en ella alcanza tales proporciones que, a su lado, pierde toda importancia la seguridad jurídica garantizada por el derecho” (Radbruch, 1948) (pág. 51). Es decir, si la norma es “extremadamente injusta” (no solo “injusta”).

El derecho es como las reglas de un juego de mesa. Se deben considerar válidas en la medida que estas permitan al menos de alguna forma, que el juego de mesa fluya (Lara, 2020). Pero cuando las reglas ya vuelven imposible que el juego de mesa fluya de manera medianamente equilibrada, estamos en presencia de una norma “extremadamente injusta”, que es dable se deje de considerar válida. 

Toda norma que pertenezca a un sistema de normas, tiene una justificación moral por el solo hecho de pertenecer a dicho sistema (Alexy, 1992) (pág. 94). A la sociedad le conviene estar regidas por normas. Estas nos alejan de la barbarie y de la ley del más fuerte. 

Si nos vamos a alejar del sistema normativo cada que haya una norma que se considere injusta (y no “extremadamente injusta”), estaríamos abriendo las puertas al caos. Porque a la más mínima provocación, cualquier persona se alejaría del sistema normativo.

¿Cómo saber que una norma es extremadamente injusta?

El diputado aquí cuestionado afirmó que “la supremacía entre derecho y justicia depende de un pensamiento político ideológico”. Es decir: que para saber si debemos optar por justicia o derecho, ello depende del pensamiento político ideológico. Pero esto no es así.

Hacer que el respeto al derecho dependa del “pensamiento político ideológico”, abre las puertas al caos. Bastaría que alguien afirme “es de postura liberal / revolucionaria” para estar legitimado a apartarse de la ley y hacer “lo que considera justo” (guareverdatmins). 

Como señaló el previamente citado Radbruch: una norma es extremadamente injusta, si la injusticia contenida en ella es de tal proporción que pierde toda importancia la seguridad que busca dar el derecho. Es decir, si la regla está tan defectuosa que impide el juego de mesa pueda continuar con mediana funcionalidad

¿Y cómo saber si se está en un supuesto como el del párrafo anterior? Analizando a la luz de los criterios de la razón, la norma en particular. Ya en una diversa publicación se refirió “como saber que se está en presencia de algo razonable”, siguiendo las pautas de Aarnio y Alexy (López-Acosta, 2021).

Entonces, la única manera sesuda en que uno puede echarse el tiro de afirmar “se debe optar por la justicia y no por el derecho”, es porque se ha analizado la norma en concreto. Y tras un análisis racional de la misma (a la luz de los principios de universalidad, sinceridad y coherencia), se concluye que la norma es “extremadamente injusta”. Que la injusticia contenida en la norma es tal proporción, que pierde toda importancia la seguridad que busca dar el derecho.

No nada más decir: “opto por la justicia porque soy liberal”.

¿Qué dijiste campeón? Lo siento. Veo retador lograr un argumento para sostener que la monogamia es extremadamente injusta. 


Alexy, R. (1992). El concepto y validez del derecho (2da edición). Gedisa.
Lara, R. (2020, agosto). Clase de Argumentación Jurídica, para el Doctorado en Derecho de la Universidad Panamericana Campus Guadalajara.
López-Acosta, E. (2021, enero 21). ¿Cómo saber que algo es razonable? Abogados sin corbata. https://abogadossincorbata.com/como-saber-que-algo-es-razonable/
Prensa Diputados Morena. (2021, abril 23). 22/04/2021Intervención desde curul del Dip. Moisés Ignacio Mier Velazco. https://www.youtube.com/watch?v=8yQuAoWXycc
Radbruch, G. (1948). Introducción a la filosofía del derecho. Fondo de Cultura Económica.
Von Ihering, R. (1877). El fin en el Derecho. Heliasta.

Citas utilizadas

Compártenos tu opinión

Related Posts

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo válida.