Recientemente terminé de leer un libro que me puso a reflexionar bastante, particularmente en el tema cultural. Aunque aún no nos pagan por promocionar libros, les paso el dato: se llama Fuera de Serie (o Outliers, en su título original) por Malcolm Gladwell, y habla sobre las circunstancias que llevan al éxito.
Este best seller propone una visión del éxito contraria a lo que hasta ahora hemos venido creyendo: que el éxito no es solamente fruto de esfuerzo e inteligencia, sino que también es el resultado de suerte (esta parte puede ser difícil de aceptar), el pasado de tu familia, el lugar donde naciste y hasta la cultura de la que vienes. Y es sobre este último punto de lo que quiero hablarles hoy.
Outliers expone un estudio realizado por el psicólogo Geert Hofstede, acerca de la influencia de la cultura en el ambiente laboral. Trabajando para IBM, viajó por el mundo entrevistando empleados y preguntándoles cómo le hacían para resolver problemas laborales y cuál era su actitud respecto a sus superiores. Su estudio fue tan amplio que hoy en día es el mayor referente en psicología multicultural.
Lo que concluye este estudio es que a pesar de que cada individuo tiene su propia personalidad y carácter, sobre estas características se encuentra la carga cultural de la comunidad en la que nacimos. Y bueno, eso lo vemos a diario, ¿no? El típico comentario de: los chilangos son… los tapatíos son… los regios son… (no me quiero aventurar; mejor ustedes pongan el adjetivo que más les guste).
Ahora imagínense lo anterior a una escala global. Es inevitable que tengamos preconcepciones sobre ciertas nacionalidades basadas en las actitudes de sus nacionales.
Así pues, entre todos los elementos culturales que se identificaron y que influyen en el ambiente laboral, el que más resonancia ha tenido es el del distanciamiento del poder.
¿Qué es el distanciamiento del poder? Es la brecha que existe entre una autoridad y el resto de las personas; es decir, qué tanto una cultura respeta, valora y tolera a los superiores, llámese abuelos, padres, maestros, gobernantes, jefes, etc.
Hasta aquí este concepto suena indefenso, ¿no? Pues agárrense…
El profesor Geert y su equipo concluyó que el distanciamiento del poder no es necesariamente algo bueno. Si bien los superiores merecen respeto, este respeto se tergiversa en algunas sociedades convirtiéndose en miedo. Esto sucede ya que las autoridades piensan que para legitimarse como tal necesitan intimidar.
Y resulta que los países en donde el índice de distanciamiento del poder es mayor, la desigualdad es más tolerada por el resto de la población. Esto quiere decir que el nivel de desigualdad en la sociedad es aceptada y alimentada tanto por la autoridad como por la sociedad misma.
Con los datos anteriores, ¿en dónde dirían que está México?
Pues qué creen… está en el Top 5… Pero en el Top 5 de los países con mayor distanciamiento del poder.
Las consecuencias de este factor cultural pueden ser no tan graves (como por ejemplo que en una oficina el empleado tenga miedo de decir su opinión al jefe y por ese motivo, la resolución de un problema tarde más en llegar), como pueden llegar a ser consecuencias fatales (como es el caso de un accidente de avión).
De hecho, una de las formas más palpables de analizar el distanciamiento del poder en una sociedad es observando cómo funciona la cabina de pilotos.
En una cabina de pilotos, el capitán, como autoridad de la aeronave, es quien tiene la decisión final en una situación de emergencia. Fuera de ese escenario, tanto el capitán como el copiloto se dividen tareas durante todo el vuelo, pues ambos están igualmente capacitados para volar.
¿Pero qué pasa en situaciones de emergencia? Pues está comprobado que varios accidentes de aviones en el mundo son ocasionados, no por negligencia ni por fallas mecánicas, sino por fallas en la comunicación ocasionadas por un miedo del copiloto de contradecir al capitán o a los operadores de vuelo (que no son autoridades pero tienden a verse así).
Corea del Sur, en los ochentas y noventas, era uno de los países con más alto índice de distanciamiento del poder, lo que llevó a que su principal aerolínea sufriera más accidentes que ninguna otra en aquel momento. Al estudiar este fenómeno, se concluyó que la razón de estos accidentes era un tema cultural relacionado con el distanciamiento del poder. Gracias a que se reconoció esta realidad cultural y se trabajó para combatirla, la industria área de Corea del Sur no solamente se salvó, sino que incluso ha sido galardonada con premios de la industria.
Bien por Corea del Sur, pero, ¿qué hay de México? ¿cómo hacerle para salir del Top 5 de los países con más distanciamiento del poder? Pues como hicieron los surcoreanos: reconocer esta realidad cultural y en lo individual, cambiar para combatirla.
Recuerden que los jefes un día fueron empleados; los papás un día fueron hijos; y los gobernantes un día fueron gobernados. Si queremos que México cambie, desde nuestra posición tenemos que cambiar la mentalidad y aspirar a ser buenos líderes para que cuando nos toque ser jefes, papás o gobernantes, seamos generadores de cambio.
Quizá suena muy peace and love, pero es eso o seguirle teniendo miedo al jefe.
2 Comentarios. Leave new
Felicidades, un tema con datos muy interesantes!!
Me encantó. Muy real. Lo compruebo en cada nuevo país que llego a laborar. Gracias por tu aporte.