Piensos del Autor

La soledad, la epidemia de la modernidad.

El tema del día de hoy versa sobre una condición que sufren muchas personas en el mundo (incluyendo México) y cada vez con mayor frecuencia: la soledad. Pero tranquilos que no nos vamos a poner a filosofar y a dar consejos para que recuperen a esa media naranja que se les fue – no nos hemos convertido en un blog del corazón (aún).

De lo que hablaremos es del rol que la soledad juega en el sector de la salud pública actual; tema motivado por la reciente decisión de Theresa May, Primer Ministra de Inglaterra, para solucionar un problema que afecta a 9 millones de personas en su país. Y es que, desde enero de 2018, la soledad ha pasado a formar parte de los asuntos de Estado en Gran Bretaña con la inauguración del primer Ministerio de la Soledad.

¿Les parece una locura? Pues sigan leyendo y verán que es una idea bastante cuerda.

En el artículo titulado ¿México debería crear una Secretaría de la Felicidad?, les platicamos que investigaciones recientes han demostrado que la felicidad es el parámetro apropiado para medir el progreso social, el progreso económico y la calidad de vida de los habitantes de un país.

Desde 2012, la ONU emite un Reporte Mundial de la Felicidad para evaluar los niveles de felicidad de 155 países y motivar así a los Estados a generar políticas públicas en esta dirección. Entre los parámetros que el Reporte toma en cuenta para medir la felicidad está la expectativa de vida. Y resulta que la esperanza de vida se ve directamente influenciada por la soledad.

Soledad: un problema de salud pública

Tecnológicamente, la gente está más conectada que nunca. Yo, viviendo tan lejos de México, tengo contacto instantáneo con amigos y familiares cuando quiero. Con solo un click puedo verlos y escucharlos. ¿Y qué decir del transporte? En menos de un día, uno puede recorrer distancias en cuestión de horas cuando hace un siglo tomaba días, semanas e incluso hasta meses.

La realidad es que nunca antes habíamos estado tan conectados; y a la vez, nunca antes se habían registrado tantos casos de soledad en el mundo.

Según un artículo de la revista Harvard Business Review, la tasa de soledad en las personas se ha duplicado desde 1980, lo cual ha llevado a varios médicos a catalogar esta condición como una epidemia con grave repercusiones en la salud pública, especialmente en la expectativa de vida.

En ese mismo artículo se menciona un estudio que comprueba que la soledad y la falta de conexiones sociales fuertes están asociadas con una reducción en la esperanza de vida similar a la causada por fumar 15 cigarrillos al día; y el daño físico es incluso mayor que el causado por la obesidad. Igualmente, la soledad se relaciona con enfermedades como demencia, depresión, ansiedad y problemas cardiovasculares, sin mencionar las repercusiones que trae en la productividad laboral.

Pero el problema es especialmente grave en las personas de la tercera edad. Según las estadísticas consultadas para este artículo (sí, no nos sacamos cosas de la manga), 200,000 mil personas de edad avanzada dijeron haber pasado hasta un mes sin tener contacto social con familiares y/o amigos durante 2017 en Reino Unido. Otra encuesta hecha entre jóvenes descubrió que pueden pasar días sin que un estudiante tenga interacciones sociales que no sean a través de una pantalla.

Y es que, como lo dijo Theresa May durante el evento de nombramiento de la Ministra de la Soledad, “la soledad es un problema de la vida moderna”. Así que aplausos para Theresa por tomar cartas en un asunto de salud pública y crear un Ministerio dirigido exclusivamente a combatir la epidemia de la modernidad.

¿Y México debería hacer algo?

Bueno, México debería hacer muchas cosas, en eso estamos claros. Una larga lista de prioridades está pendiente de ejecutarse en el país. ¿Pero en esta lista está combatir la soledad? Si no lo está, debería estarlo, porque alrededor del 70% de las personas mayores a 65 años sufren de soledad. Y peor aún, según estudios de la UNAM, 1 millón de adultos de la tercera edad viven pobres y solos. Esto quiere decir que viven sin seguridad social, sin pensión, sin jubilación y lejos de sus familias.

Esto sí que es un problema. Asegurar una vejez sana debería estar en la lista de prioridades de todos los Estados. Desgraciadamente, ya sabemos México no es bueno en eso del multitasking y decenas de problemáticas sociales siguen aún sin resolverse.

What a shame”, dirían los british. Y sí, “what a shame”.

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