Piensos del Autor

¿México debería crear una Secretaría para fomentar la felicidad?

Seguro están pensando ¿qué se fumaron los descorbatados para proponer una Secretaría de la Felicidad? ¿qué no tienen suficiente con su propuesta de trabajar sin corbata? (o sin tacones).

Pues esto no es invento nuestro. De hecho, aunque no lo crean, es cosa seria y Emiratos Árabes Unidos (EAU) es quien marca tendencia con la creación de un Ministerio de la Felicidad, que tiene como objetivo “crear las condiciones adecuadas para que las personas puedan ser felices”.

Así lo dijo la dirigente de este Ministerio, la economista Ohood bint Khalfan Roumi, (la entrevista completa la pueden encontrar en este artículo de Los Angeles Times).

Entonces, ¿es descabellada la idea de un Ministerio de la Felicidad? Para responderlo, veamos cuál es la visión y misión de esta institución –la única en el mundo-:

  • Visión – hacer de Emiratos Árabes el país más feliz del mundo.
  • Misión – lograr que la felicidad y una actitud positiva se vuelvan una forma de vida en el país.

¿Cómo están logrando esto? Armonizando -en esta línea-, planes de gobierno, legislación y políticas públicas que impacten directamente a la sociedad. Igualmente, capacitando a los servidores públicos para que promuevan la felicidad dentro y fuera del gobierno; todo esto basado en tres pilares: i) Felicidad y actitud positiva en el trabajo; ii) felicidad y actitud positiva como estilo de vida; y iii) medición de los niveles de felicidad y positividad mediante nuevas tecnologías.

Para algunos, lo que está haciendo EAU puede sonar ridículo, pero no olvidemos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fue pionera en medir los niveles de felicidad de la población mundial. Desde el año 2012, la ONU emite un ‘Reporte Mundial de la Felicidad’ en el que mide la felicidad de 155 países. Actualmente, el país más feliz del mundo es Noruega y el menos feliz es República Centro-Africana. México ocupa el lugar número 25 y Emiratos Árabes Unidos, el lugar 23.

La justificación de este reporte anual se encuentra en que investigaciones recientes han demostrado que la felicidad es el parámetro apropiado para medir el progreso social y calidad de vida de los habitantes de un país; y por eso EAU ha le ha dado tanta importancia a la creación de un Ministerio que busque la felicidad de sus ciudadanos. ¿Pero será esto lo que se necesita para hacer de un país feliz?

Veamos.

Para determinar los niveles de felicidad, la ONU toma en cuenta los siguientes factores: i) el ingreso per cápita; ii) expectativa de vida saludable; iii) confianza en la sociedad; iv) confianza en el gobierno; v) libertad en la toma de decisiones de vida; y vi) generosidad.

Desde luego no entraremos al desglose de cada elemento, pero lo que resulta interesante mencionar es que la evidencia demuestra que los países con altos niveles de confianza entre los propios ciudadanos y a su vez, de los ciudadanos al gobierno, son países más felices. Por ejemplo, el reporte menciona que en estos países, los niveles de confianza aseguran que los contratos se cumplan.

Lo anterior genera la construcción de una base económica sólida que siempre y cuando esté protegida por un buen gobierno -que cree normas e instituciones que hagan valer estas normas-, se garantizará el crecimiento económico (y de nuevo, esto no es invento nuestro, viene en el propio Reporte 2017).

Así pues, respondiendo la pregunta inicial, ¿México debería seguir el ejemplo de EAU y crear una Secretaría de la Felicidad? Pues tomando en cuenta que la felicidad de la población de un país depende tanto de ciudadanos como de gobierno, más allá de crear una institución que se encargue de hacer feliz a la gente, lo que debe hacerse –en nuestra humilde opinión- es educar a la gente en valores que construyan una sociedad fuerte y sólida; dentro y fuera de sus trabajos.

Necesitamos quitar del chip del mexicano (sí, porque a veces parece que nacemos configurados) la mentalidad de tranzearse al otro –para obtener un beneficio propio- y sentirse orgulloso de ello. Este comportamiento desde luego fomenta desconfianza y termina por afectar nuestros bolsillos (ya vimos que no es cuento chino que la falta de confianza desacelera la economía).

Así que no es necesario tener una Secretaría de la Felicidad si cada quien, ciudadano y gobierno, se ocupa de hacer bien lo que le toca, sin atajos y sin abusos. Como dijimos en el artículo, Lo que mi papá me enseñó un día de esta semana, sin el ánimo de hacer lo correcto, nuestra sociedad no va a funcionar.

Y aunque estamos ‘bien’ en el lugar 25, ¿quién no quiere estar en el top ten de los países más felices del mundo?

Compártenos tu opinión

Related Posts

1 Comentario. Leave new

  • Me encantó este artículo, muy interesante. Ojalá todo México pudiera leerlo, pero los que ya lo hicimos hay que trabajar para ponerlo en práctica todos los días.
    Muchas felicidades!!!

    Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo válida.