Piensos del Autor

No hay justicia, ¿pero por qué?

Está claro, en México no hay Justicia. ¿Pero por qué?

Adelanto la respuesta a la pregunta: Porque las personas que integramos esta demarcación geográfica llamada México, no hemos hecho en conjunto lo suficiente para que la haya. Sí, es nuestra culpa. 

*Tal como lo dije en el anterior artículo (López-Acosta, 2021), las instituciones no deben dar justicia, sino “juridicidad”. Pero aquí digo “justicia” para expresar mejor el sentido de este artículo. 

Nació la inquietud de escribir este pienso después de ver lo sucedido esta semana en el caso Lozoya. Para que hubiera “justicia” se necesitó circulara en redes una foto de este personaje en un restaurante fifí

Jorge Volpi en su novela sin ficción titulada “una novela Criminal” (en la cual habla del caso de Florence Cassez), nos hace ver lo perverso que es hablar de un caso sin conocer el expediente. 

Pero pese a que (hasta donde sé) no es público el expediente completo, considero que como ciudadanos estamos moralmente legitimados para hablar del caso Lozoya, y criticar el actuar del poder en base a la poca información que tenemos, porque el propio poder se ha empeñado en hacer público ese caso. 

Tal como señaló Sergio Sarmiento en su columna del pasado 4 de noviembre (Sarmiento, 2021), aunque la Fiscalía General de la República dijo que “las condiciones habían cambiado” (para ahora sí pedir que Lozoya tuviera prisión preventiva), en el aspecto jurídico no se ve que algo hubiera cambiado

Lejos de justificar un cambio jurídico, lo afirmado por el representante de la Unidad de Inteligencia Financiera durante la audiencia, confirmó que todo se debió a que circuló la foto en el Hunan: “Su comportamiento, es sabido, que se encontraba en un restaurante, no se ajusta al comportamiento de una persona sujeta a proceso penal, y si bien no tiene un impedimento, su presencia en el restaurante es una provocación a las instituciones públicas…”

Todo lo cambió una foto que circuló. Y así seguirá siendo. El poder público solo actuará cuando sienta presión suficiente.  

Dicen que Emilio “el Tigre” Azcárraga decía que “nada más no le gustan los monopolios, a quien no tiene uno”. Considero que igual sucede con el poder: “nada más quiere limitar el poder, quien no tiene poder”

*Estoy seguro que en algún lado leí que Jorge Volpi definió a los políticos como “animales famélicos de poder, que solo buscan conservar y acrecentar el poder”. No encuentro la columna donde lo dijo, pero sí suena que lo pudo haber dicho.

Puede darse el caso de que llegue al poder una persona de moral intachable, y que impregne la virtud entre todos sus colaboradores (sí, como se barren las escaleras, de arriba hacia abajo). Pero la estadística y la experiencia de vida nos hacen ver que está muy complicado que eso suceda. No debemos poner ahí nuestra esperanza. 

¿En qué debemos poner nuestra esperanza? En la habilidad del ser humano que lo ha hecho la especie más poderosa del planeta: la cooperación social

Yuval Noah Harari lo dice de manera expresa: “La cooperación social es nuestra clave para la supervivencia y la reproducción” (Noah, 2011, 421). “Los sapiens pueden cooperar de maneras extremadamente flexibles con un número incontable de extraños. Esta es la razón por la que los sapiens dominan el mundo, mientras que las hormigas se comen nuestras sobras y los chimpancés están encerrados en los zoológicos y laboratorios de investigación” (Ibídem, 453). 

¿Por qué Lozoya está en la cárcel pese a que el poder negoció con él para que le diera peces más grandes? Porque encontramos una manera de colaboración social para que el poder sintiera que el costo político ya estaba siendo insostenible: compartir la foto de Lozoya en el Hunan. 

En Jalisco tenemos un ejemplo reciente del contrapeso que puede (y debe ser) la presión colectiva organizada: las multas por uso de portaplacas. En un tuit el 5 de noviembre, el Gobernador expresamente señaló que suspendió las multas por portaplacas “ante las quejas de los ciudadanos”. 

Desde luego que los dos ejemplos antes referidos fueron bolas fáciles:

1 Suspender multas por portaplacas, a escasos días de que haya elecciones extraordinarias en el municipio de Tlaquepaque. 

2 Pedir prisión preventiva a una persona que le estaba colmando la paciencia al régimen, porque no le estaba dando lo que le prometió. 

Hay bolas más difíciles:

¿Qué dijiste campeón? ¿Que cómo debe de ser la colaboración social para combatir esas bolas más difíciles? Eso será materia de otras 800 palabras. Hoy solo quería matar la ilusión de que “algún día las cosas cambiarán con algún líder virtuoso”. Y dejar en claro que la solución siempre estará en que encontremos la forma de colaboración social correcta

Así que si queremos ser proactivos, busquemos esas formas de colaboración social efectiva. Y si no, pues sigamos quejándonos y diciendo clichés.

Citas utilizadas:

López-Acosta, E. (2021, octubre 24). Solo quiero lo justo. Abogados sin corbata. https://abogadossincorbata.com/solo-quiero-lo-justo/

Noah, Y. (2011). Sapiens: De animales a dioses (Debate (Kindle)).

Sarmiento, S. (2021, noviembre 4). Lozoya en la cárcel. Mural. https://busquedas.gruporeforma.com/mural/Documento/Web.aspx?id=210850|Opinion&url=https://www.gruporeforma.com/Opinion/Autor/548_perfilArtOCNRM.jpg&text=sarmiento

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