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Tribunal dice que Napoleón sí va de Senador. ASC en desacuerdo.

Este artículo lo escribimos por dignidad. A finales de febrero publicamos un artículo donde afirmamos que Napoleón Gómez Urrutia no cumplía los requisitos para ser senador de la República (visible AQUÍ). Esta semana la Sala Superior del Tribunal Electoral resolvió que sí puede ser Senador.

¿Quién tiene la razón? ¿La Sala Superior del Tribunal Electoral, o los Abogados Sin Corbata? ¿Quién está bien o quien está mal? Qué importa. Porque finalmente se va a hacer lo que la Sala Superior diga. Ya lo dice el adagio: “La Constitución dice, lo que el Juez dice que dice”.

Pero aquí vamos a compartir en qué radicó la diferencia de posturas, y porqué no compartimos lo que dice la Sala Superior:

Los Abogados Sin Corbata dijimos: Napoleón no puede ser senador, porque el Artículo 32 de la Constitución señala que el ejercicio de los cargos públicos se reservará a quienes no adquieran otra nacionalidad. Y al haber adquirido Napoleón una diversa nacionalidad (la Canadiense), es que está impedido.

La Sala Superior dice: No importa haya adquirido otra nacionalidad, porque renunció a esa diversa nacionalidad acorde a los lineamientos del marco jurídico mexicano. Y no importa que no haya renunciado a la nacionalidad Canadiense, en los términos que disponga el derecho canadiense. Porque eso sería imponerle más requisitos, de los que contempla nuestra Constitución.

Pues bueno, como anticipamos, los Abogados Sin Corbata no estamos de acuerdo con ese razonamiento.

Ciertamente nuestra Constitución no contempla muchas cosas. Como la necesidad de que “en caso de doble nacionalidad, se renuncie a la diversa nacionalidad en los términos del País al que se esté renunciando”. Pero eso es normal, porque por increíble que parezca, una Constitución sólo debe de ser un catálogo de principios, no un ordenamiento jurídico que regule con punto y coma todas las cuestiones habidas y por haber.

Sé que esto puede ser complicado de creer en México. Un país cuya Constitución señala hasta cuántos minutos de radio y televisión se deben de destinar a mensajes electorales… Pero bueno (#ShitHappens). En la normalidad jurídica las Constituciones no contemplan todo con punto y coma.

Hay un principio respecto a la aplicación de derecho extranjero, que México reconoce (y está en Artículo 14 fracción I del Código Civil Federal): La aplicación de derecho extranjero en México, se hará como lo haría el juez extranjero correspondiente, para lo cual el juez podrá allegarse la información necesaria acerca del texto, vigencia, sentido y alcance legal de dicho derecho.

Lo anterior lo traduzco para el caso que nos ocupa en los siguientes términos: para valorar si es jurídica o no la renuncia de Napoleón a la nacionalidad Canadiense, obviamente nos debemos de estar a lo que disponga el derecho Canadiense…

-“¡Ese requisito no está en la Constitución!”- Diría la Sala Superior.

-“Pues sí, pero la Constitución no no debe ni puede regular todo…”- diría el Abogado Sin Corbata. Para eso hay ordenamientos secundarios, principios generales de derecho…

En adición a lo anterior, la interpretación que aquí estamos haciendo (en el sentido de que resulta necesario que la renuncia sea acorde al País que dio la nacionalidad), va a acorde al espíritu de la norma:

¿Cúal es la finalidad de que no puedan ser senadores quienes hayan adquirido una diversa nacionalidad? La Propia Sala Superior la dejó en claro en una diversa sentencia medianamente reciente (SUP-JDC-894/2017): El Interés Nacional. Una persona con dos nacionalidades tiene una situación ambivalente al tener deberes jurídicos y morales con más de un Estado (sí, así tal cual lo dicho la misma Sala Superior, en esta diversa sentencia). Y en el caso de un senador, esto tiene particular relevancia. Porque el Senado vota cuestiones relacionadas con temas internacionales. Entre ellas, tratados internacionales.

Napoleón Gómez Urrutia pudo haber firmado y dicho misa aquí en México. Pero si no renunció a la nacionalidad Canadiense conforme a la legislación Canadiense, sigue teniendo la protección y vínculo con ese Estado.

Si la finalidad de que no sea Senador alguien que adquirió una diversa nacionalidad, es evitar que tenga una situación ambivalente, la solución es que deje de tener vínculos con el diverso estado. Y la única forma en que verdaderamente deja tener vínculos, es si se cortan, acorde a la normatividad de ese diverso Estado.

Pero si no hay una renuncia a la nacionalidad Canadiense en los términos de la legislación de ese País, seguirá habiendo el vínculo. Y para Canadá, la renuncia que Gómez Urrutia hubiera podido hacer conforme a legislación mexicana, tiene el mismo peso que Napoleón dando un beso a la cruz mientras dice: “Por esta que ya no quiero ser Canadiense…”.

Y de postre: La Sala Superior dice que se debe de presumir buena fe por parte de Napoleón. De ahí que basta la renuncia que haya hecho conforme a Derecho Mexicano. Seguramente el Tribunal Electoral considera que toda la historia y sucesos que han habido en torno a este líder minero que no es minero, no merman alguna presunción de buena fe. ¿O será que el Tribunal se quiere quitar el estigma de que está contra cierto candidato, después de haber ordenado que esté en la boleta el Bronco?

Tan tan.

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