Piensos del Autor

Solo quiero lo justo

En una negociación es común escuchar la postura de: “Solo quiero lo justo”.

Cuando escucho esa expresión, de manera inevitable me vienen a la mente las 530 páginas de “Teoría de la Justicia” de John Rawls. Si a ese gurú de la filosofía del derecho le costó esa cantidad de páginas desarrollar “qué es lo justo”, hay poca esperanza que se descifre ese concepto en una junta de 1 hora, donde el primer interés de cada una de las partes no es llegar al conocimiento, sino obtener el mayor beneficio posible

¿Es sensato querer “lo justo” en una negociación? Me voy una pregunta antes: ¿es sensato tratar de descifrar qué es “lo justo” en una negociación? O una pregunta que está todavía un paso atrás: ¿Cómo saber qué es lo justo?

Adelanto mi respuesta a la primer pregunta: Sí es sensato buscar lo justo, pero no aferrarse a ello. Obviamente esta respuesta es dada tomando en cuenta el contexto en que vivimos, de mediano estado de derecho y civilidad, donde no hay esclavitud ni trabajos forzados, y la Constitución declara que todos somos iguales.

Es fácil saber qué es lo justo cuando estamos en presencia de 2 personas, en iguales condiciones, mismo apetito, y enfrente hay 10 manzanas. Intuitivamente diríamos que lo justo es darle 5 manzanas a cada quien. Y sería correcto. 

Pero los conflictos que derivan en una mesa de negociación, regularmente no son así de sencillos. En esos conflictos no solo son 10 manzanas, y las personas entre las cuales hay que repartir los bienes en discordia no siempre tienen el mismo apetito, ni las mismas capacidades para obtener manzanas por su cuenta (entre otras complejidades). 

¿Qué es lo justo? El gurú de la filosofía del derecho antes mencionado nos dice que la justicia es una virtud que distribuye derechos y deberes; y determina la división de ventajas (Rawls, 1971, 20). #Guanderful. ¿Y eso cómo se aterriza?

El autor en cita da dos principios para encontrar qué es lo justo:

Primero: “Cada persona debe tener un derecho igual al esquema más extenso de libertades básicas que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los demás”. 

Segundo: “Las desigualdades sociales y económicas habrán de ser conformadas de modo tal que a la vez que: a) se espere razonablemente que sean ventajosas para todos, b) se vinculen a empleos y cargos asequibles para todos” (Ibídem, 67-68). 

Zoc. Parece que no es un flan decidir qué es lo justo. 

Y lo anterior se vuelve todavía más complejo si tomamos en cuenta que no siempre hay la mayor sinceridad (o conocimiento) de todos los hechos que se deben de meter a la licuadora, para a través de los principios antes referidos saber qué es lo justo. 

Sí, la justicia es una virtud que debemos de buscar. Es digna de amor y de recompensa, por eso es una virtud (Smith, 1759, 937). Pero como no todo el mundo va por la calle actuando con sabiduría y virtud, o demostrando saber qué es sabiduría y virtud, aparece un imperfecto remedio llamado: Gobierno (Ibídem, 1095).

Junto con el Gobierno, llegan los Jueces. Personas que deciden la solución a una controversia en base al derecho (el cual está integrado por principios, leyes, precedentes, directrices, etc.). ¿Y el derecho debe resolver “lo justo”? No, el derecho debe de resolver “lo jurídico”. Y lo “jurídico” es la justicia atenuada por las normas institucionales (Radbruch, 1948, 31). 

Dentro de las normas institucionales que un Juez debe de respetar para resolver lo que resulte lo más cercano a lo justo, están las siguientes tres:

1 Nadie puede ser privado de sus derechos, mientras no se haya sustanciado un juicio donde haya sido escuchado.

2 Para resolver solo puede tomar en cuenta los hechos que se hayan podido probar dentro del expediente. 

3 A la hora de resolver, se deben tomar en cuenta las fuentes de derecho como leyes o precedentes ya dictados. 

Si en una negociación nos aferramos a “que se decida lo justo”, se corre el riesgo de romper la cuerda y se caiga en la sede de un Juez. Persona que (en el ideal) decidirá lo más cercano a la justicia tomando en cuenta las normas institucionales

A mis alumnos les pregunto “¿quién resuelve lo que es Justo?”. Y la respuesta correcta es: “El Creador”. Aquí en el mundo terrenal, nos debemos aferrar a lo jurídico. Así que cuando estiremos la cuerda en una negociación, hagámoslo teniendo presente lo anterior, y actuemos con prudencia. Adam Smith decía que la prudencia es la virtud más útil (Smith, 1759, 1179). Y estoy de acuerdo. Inclusive la considero más útil que la justicia. 

¿Qué dijiste campeón? ¿Que como dije lo anterior si soy abogado? Precisamente por ese motivo es que considero de mayor utilidad la prudencia…

Fuentes citadas

Radbruch, G. (1948). Introducción a la filosofía del derecho. Fondo de Cultura Económica.

Rawls, J. (1971). Teoría de la justicia (2da edición.). Fondo de Cultura Económica.

Smith, A. (1759). Teoría de los Sentimientos Morales (kindle). Fondo de Cultura Económica.

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