El domingo pasado en las redes sociales de nuestro canal de comunicación, el Abogado Sin Corbata subió un video a propósito de ese “movimiento” que incentiva a no pagar las casetas de las autopistas.
En ese video el ASC se dolió de esa situación como abogado, y desde luego, como mexicano. Pero mucha gente no compartió la postura ahí externada. Pero hubo alguien en particular, que me pidió que compartiera un punto de vista “del proletariado”.
El primer doloroso pienso que me viene a la mente después de ver esa petición, es corroborar la desafortunada polarización que hay en el país. Desde luego que hay muchos factores reales y evidentes, que hacen entender esa polarización. Pero esa visión polarizada, no es la solución.
La Real Academia de la Lengua Española define “proletariado” en su segunda acepción, de la siguiente forma: “En la ideología marxista, clase social formada por los trabajadores que no poseen medios de producción y que obtiene su salario de la venta del propio trabajo”.
En el video-comentario referido al principio de este artículo, el ASC se lamentó de la falta de Estado de Derecho que haya en esta demarcación territorial llamada México. Se lamentó de la facilidad con la que un grupo de personas impiden se aplique la ley. Impiden se cobre el paso en una caseta. Impiden se dé clases en una escuela. Sin que el Estado con su monopolio de la fuerza, haga algo. Y ya no me lamenté de más cosas, porque no me alcanzó el minuto y medio de la cápsula (más tiempo, aburro todavía más).
Después de cinco párrafos, vuelvo a la pregunta inicial: ¿y el proletariado? El Proletariado es el principal afectado de la falta de Estado de Derecho un cumplimiento a la ley en este País. Y no hay mucho hilo negro qué descubrir para darse cuenta de ello: Si los concesionarios de las carreteras no pueden cobrar como lo tienen contemplado: no van a dar mantenimiento a las mismas (y dejan de contratar “proletariado” para que las arregle), no van a contratar gente para que esté en la caseta cobrando el paso (y dejan de contratar “proletariado” para ello).
Y nos vamos más lejos: Si hay facilidad para que cualquier persona impida se cobre una carretera, se va a complicar que haya quienes se echen en el tiro de querer invertir como concesionarios de nuevas carretera. Lo que desde luego impediría se contrate “proletariado” para dicha posible nueva carretera, y afectando así a muchos otros mexicanos por no mejorar la conectividad en el País.
Cuando el ASC pasó por esa caseta, y mientras decididamente pagaba el paso al menos por seguir sintiendo la fantasía de que “la ley sí o sí se tiene que cumplir”, me di cuenta había un policía. La cual le pregunté: ¿por qué permite que esa gente exhorte a la gente a pasar sin pagar (lo cual dicho sea de paso, es delito)? El policía me dijo: “pues dígales usted”.
Después de oír eso, se me puso el pelo lacio… (y para quien ha visto al ASC…. podrá corroborar que no está fácil).
“No me toca a mí decirles, usted como polícia representa al Estado, y es quien tiene el monopolio de la fuerza, no yo”. Fue un evidente respuesta.
“Pues sí, pero no me mandan patrullas, armas suficientes, ni más elementos para controlar a esta gente”. El policía tenía un punto.
Es evidente que el Estado prefiere “evitar meterse en líos innecesarios”. Y evitar confrontar a estos grupos que consideran “están haciendo justicia social”. Pero esta “justicia social” no beneficia a nadie. Es contraproducente para todos.
El caos sólo trae caos.
¿Pero que no se supone que ya debe estar pagada la concesión? ¡Pero ni arreglan las carreteras! ¡¿Por qué pagar por un servicio tan malo?! No me voy a defender a capa y espada a los concesionarios. Lo único que sí voy a defender, es la INDISPENSABLE APLICACIÓN DE LA LEY EN TODO CASO.
¿Pero entonces qué hacer si los concesionarios están cumpliendo mal sus funciones? Hay mecanismos para ello. ¿Qué pueden ser más cansados y tortuosos que sólo ponernos en la caseta a impedir que pague la gente? Sí. Pero estos mecanismos “cansados y tortuosos” sí pueden llegar a algo, y no tienen los perniciosos efectos de evitar la aplicación de la ley.
¿Y cuáles son esos otros mecanismos? Se me acaban los caracteres, y empiezo a perder su atención (si es que hasta este punto lo tengo… ) Pero no le saco al tema. En una posterior entrega, abundo de eso con punto y coma.
Y me sumo al reto: el Abogado Sin Corbata patrocinará a quien considere que una “carretera no merece el pago”. Pero de la vía institucional. No repartiendo volantes para que la gente no pague. Porque esa vía institucional, es la que conviene a todos, y como dije, principalmente al “proletariado”.
El capital no tiene patria. Si ve “condiciones incómodas”. Se van e invierten en otro lado”. Llevándose consigo “sus medios de producción”. Así que ellos “no salen ta raspados”.
Pero bueno, ahora así como dijo Alfredito Olivas: “Ya se me acabó el papel, es tiempo de despedirme…”.