Suprema Corte, tengo miedo. Porfis, haz que se respeten los Derechos Humanos, y no (necesariamente) la Constitución.
Respecto a la posibilidad de que la Suprema Corte analice si una reforma Constitucional puede violar Derechos Humanos, este descorbatado autor ya ha escrito más de una vez. Y me atrevo a decir que que no siempre exactamente en el mismo sentido. Hace casi tres años escribí AQUÍ aparentando entender porqué la Corte no se atrevía a tocarla…
Pero qué diablos. Si Stephen Hawking varió sus teorías, ¿por qué este abogado deberá de ser consistente con sus posturas?
Una vez un colega me dijo que mis publicaciones reflejan mi estado de ánimo. Voy a ahorrar la labor interpretativa: esta es de pánico.
Hecho duro:
El Presidente Electo pretende legitimar la decisión de dar marcha atrás a una importante obra de infraestructura, con el resultado de una “consulta” carente de estándares mínimos de imparcialidad, transparencia, y desde luego legalidad…. Este espacio (hoy) no pretende entrar en debates bizantinos con este punto. Basta un dato: si la Sala Superior del Tribunal Electoral esta semana declaró nulas las elecciones en Monterrey por violaciones a la “cadena de custodia”, no pretendamos sostener es legal una “consulta” (que duró varios días) donde las los organizadores de las mesas al final de la jornada se llevaban las urnas a su casa… Tan tan.
¿Miedo? Espérense… ¿Qué tal si lo anterior lo suben a la Constitución? Lo cual no sería nada raro en este país que tiene un fetichismo constitucional (me parece la expresión es de Jorge Castañeda). Donde todo se pretende subir a la Constitución para que sea intocable ante los amparos.
Al tenor de la interpretación que hay al día de hoy, si la disposición está en la Constitución, es intocable ante la Corte. Pero esto permitiría que vivamos una tiranía de la mayoría.
Se puede argumentar:
- Lo que está en la Constitución es deseo del Constituyente, y este es elegido por voto: la máxima expresión de soberanía popular. De ahí que se debe respetar.
- Entonces, ¿se debe respetar todo lo que diga la mayoría? ¿Sin importar qué tan atroz sea?
La abrumadora mayoría absoluta de legisladores de MORENA ha mostrado su conformidad en que “se tome como deseo legítimo y popular” el resultado de la ya referida “consulta” carente de… muchas cosas. ¿Qué les podría impedir que suban a nivel Constitucional la posibilidad de decidir con “consultas” así el destino de cuestiones como las reservas internacionales, o una reelección presidencial indefinida (tal como el banco suizo UBS lo ha advertido)? ¿O subir a “consulta” los derechos de minorías?
Si la Corte sigue con su criterio de considerar intocable lo que diga la Constitución, está considerando intocable “lo que diga la mayoría”. Sin importar si esto es razonable, o si va acorde a lo que se supone es la finalidad del derecho: lograr la armonía y paz social.
El mundo está espantado con el ascenso de Bolsonaro a la Presidencia de Brasil. Persona que abiertamente ha demostrado no ser fan de los Derechos Humanos ¿Y qué creen? Lo llevó al poder una mayoría en las urnas. Y está bien. Aunque no podemos olvidar que a Hitler lo llevó al poder la mayoría en las urnas, o Nicolás Maduro ha sido reelecto por el “voto popular” (en elecciones no muy distintas a la reciente “consulta popular”), es razonable que una mayoría decida quien va a ser gobernante. Pero no es razonable que las mayorías decidan todo. Sí. Así como se lee. No es razonable la mayoría elija todo. La decisión de las mayorías debe tener un límite (como todo, hasta el amor debe tener límites -#crónicasdesoltero-).
¿O la Suprema Corte va a permanecer sentada nada más viendo pasar cualquier atrocidad que se pretenda subir a la Constitución? ¿Porque así lo decidió el partido (o gobernante) que la mayoría eligió?
Lo que pasó recientemente en Tabasco: aprobar no licitar “proyectos estratégicos” (es decir, se puede adjudicar de manera directa proyectos energéticos). Y eso, lo aprobó en ese Estado el partido que con su apabullante mayoría en el País, puede reformar la Constitución con la mano en la cintura.
Un Juez tiene la obligación de hacer que prevalezca el Estado de Derecho. ¿Y cuál es el fin del derecho? La paz y armonía social. La negativa actual a tocar la Constitución, hace que prevalezca la Constitución: lo que decidió una mayoría. Y la historia nos ha mostrado que las tiranías, también se pueden instaurar por deseo de la mayoría.
Hace poco que jueces estadounidenses frenaron varias de las órdenes ejecutivas de Trump contra extranjeros, se recordó que los juzgadores son “los cuidadores de la última puerta”. Esa responsabilidad tienen nuestros jueces.
Sé que no es necesario dar explicaciones. Porque tus amigos no las necesitan, y tus enemigos no las creen. Pero no estoy en contra de alguien, estoy en contra de que el Poder Judicial vea pasar decisiones avaladas por una mayoría, pese al hecho de que vayan en contra de la paz y armonía social.
Suprema Corte, acuérdense de lo que dijo el Chicharito: “Imaginémonos cosas chingonas”. Como lo pudiera ser que en este País siempre prevalezcan los Derechos Humanos, con independencia de lo que diga la mayoría (o la Constitución, que es lo mismo).